Llueve en el alma y en las ganas.
Llueve en las pestañas de la tarde
y en la sombra del intento.
Gruesas gotas de lluvia agria
llueven con tenacidad de hormiga.
Y se empapa y se moja y chorrea
el inverso corazón de los que sufren,
y el de los oscuros y el de los heridos
y el de los nunca recordados.
Con la furia de la bestia cae el agua
arrastrando cuanto queda.
Las quimeras, los recuerdos
y los nombres de los nombres
susurrados en secreto.
Agua nomás en el cordón de la vereda.
Turbia y tumultuosa. Negra.